Tino Grandío

Lousada (Lugo), 1926 – 1977

Grandío se ve seducido en un principio por la filosofía, la música y la escultura, y aunque ya siempre disfrutaría ejerciendo estas artes, sobre todo la música, su verdadera vocación va a ser la pintura, a la que se entrega sin concesiones durante toda su vida.

Pensionado por la Diputación Provincial de Lugo, se instala en Madrid y se integra en el grupo de la Escuela de Madrid que fomenta las tertulias del Café Gijón, donde la presencia del joven gallego es constante junto a Díaz Caneja, Cristino Mallo y Francisco Arias

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Comenzó a exponer en 1957, con una muestra que le dio notoriedad, en la Dirección General de Bellas Artes, en Madrid. Después, sus muestras se sucedieron, en toda España y en París, Nueva York, Suiza, Alemania y Sudamérica. Fue designado socio de honor del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Su obra figura en el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, en casi todos los de España y en numerosos de Europa y América.

Amigo de participar en todos los concursos y premios convocados, la vida artística de Grandío es un cúmulo de galardones y reconocimientos en vida, así como un sinfín de exposiciones realizadas en España y en numerosas capitales del mundo.

La plástica de Grandío es única e inconfundible. Su pintura no está adscrita a ninguna corriente artística y como sello personal destaca la seriedad de sus procedimientos formales al llevar a cabo una sintetización de la realidad y su poder para comunicarnos multitud de íntimas sensaciones sirviéndose tan sólo del color gris azulado al que puntualmente añade alguna tierra.