Manuel Colmeiro

Silleda (Pontevedra), 1901 – Salvaterra do Miño (Pontevedra), 1999

Colmeiro tiene nueve años cuando sus padres emigran a Argentina, en busca de mejor trabajo.

Con doce años, Colmeiro viaja a Buenos Aires para reunirse con sus padres. Allí continúa con sus estudios primarios y su dedicación al dibujo. Se inicia en sus primeros bodegones (que copia de los alimentos que compra su madre) y en el paisaje del natural.

Con 16 años adquiere experiencia en la Academia de Bellas Artes de la capital argentina. Funda con un grupo de amigos un núcleo artístico de aprendizaje autodidacta, entre ellos destacan: D. Urruchua, pintor argentino; y los españoles Planas Casas, escultor y Pompeyo Audivert, grabador. Durante este tiempo compatibiliza la actividad artística con el trabajo en una fábrica de zapatos. Se integra en las tertulias intelectuales de la época y participa en la creación de la revista “Fuego”, en la que escribe varios artículos.

En 1921, a la edad de veinte años, participa por primera vez en una colectiva de arte, siendo la mayoría de los artistas pintores argentinos. Colmeiro pinta mucho del natural, el puerto y las calles de Buenos Aires. Es en esta ciudad donde comienza a interesarse por la literatura y la filosofía.

Regresa a España en 1926 y se instala en su aldea Santa Fiz de Margaride. Se le concede la Pensión de la Diputación de Pontevedra, que utiliza para ampliar sus estudios en Barcelona, donde realiza exposiciones y establece importantes relaciones con la intelectualidad catalana del momento: con los pintores Villá, Obiols y Benet; con el escultor A. FENOSA, con los críticos S. Guasch, Riva, J.M. Sucre, entre otros. Asimismo, la beca le abre el camino para relacionarse con artistas y escritores gallegos como Otero Pedrayo, Valle Inclán, Vicente Risco, Castelao, Peñarrey. A pesar de ser un ambiente muy politizado Colmeiro nunca milita en ningún partido. Dicha pensión se prolongará durante dos años más. Colmeiro desde joven se entusiasma por la pintura de Goya. Este mismo año realiza su primera exposición en los salones de Faro de Vigo.

Colmeiro “renueva” los conceptos básicos de la vanguardia histórica gallega y estudia las iconografías del mundo rural y de la antropología gallega. Se interesa por el paisaje, el bodegón, la temática social, la mitología, las maternidades, la etnografía y la antropología.

En la época de la República, Colmeiro se relaciona con los intelectuales y artista gallegos del momento. Son los “Novos”: Fernández Mazas, Eiroa, Maside, Laxeiro, Souto, etc. Renovadores de la pintura gallega en un momento de auge hacia el galleguismo. Galicia estaba recogiendo los frutos de las “Irmandades da Fala”, y los que se le sumaron con el grupo “Nos” y la labor fundamental del “Seminario de Estudos Galegos”. Colmeiro vive apasionadamente estos momentos.

Expone en múltiples sitios, y en 1937 llega a Buenos Aires donde también expondrá sus obra. Desde 1950 alternará su estancia entre París y Galicia. Desde ese año se le conceden numerosos premios, además de exponer en grandes instituciones.