Lalín, Pontevedra, 1954 –
El entorno rural gallego de su infancia y adolescencia deja una honda huella en su imaginario y su proceso creador.
Gran parte de sus primeros años de escolarización (1963-1969) tuvo lugar en el seminario franciscano de Herbón, donde se dedicó al estudio de la literatura, sobre todo América y los clásicos griegos. A finales de los años sesenta comenzó a escribir poesía y decidió seguir una vida en la literatura.
Desarrolló amistad con el escritor Álvaro Cunqueiro-que había empezado a leer a la edad de nueve y los pintores Laxeiro y Manuel Pesqueira, quien se convertiría influencias formativas.
Como su vocación creativa comenzó a cambiar a partir de la poesía hacia la pintura, emprendió largos viajes por Europa (1972) para estudiar el trabajo de los maestros que veneraba, como Van Gogh, Klee, Rembrandt y Miró, a los que se sumarían Antoni Tápies, Manuel Millares, Alberto Giacometti y Francis Bacon, así como el arte medieval y el arte de Oceanía.
Al término de sus viajes se quedó brevemente en Barcelona, donde tomó un trabajo como obrero de la construcción, el estudio de las obras en los museos, en particular las colecciones de arte románico del Museo Marés, Museo Nacional de Arte de Cataluña y el Museo Picasso en su tiempo libre.
El diálogo entre la pintura y la poesía se ha mantenido una constante en toda su obra.